No es poesía
No es poesía hablar de sentimientos, mis sentimientos,
que nadie quiere saber sin son cuadrados o grises o si duelen.
Ni si fluyen con normalidad por el pasillo
o se quedan enganchados
en la esquina izquierda del salón.
La poesía habla del árbol
que ha nacido en la bañera del vecino,
de las bandadas de pájaros que estornudan
por los rincones, por las calles,
del caracol que camina
recitando su lenta canción.
No hay poesía en las pajaritas
que hacen mis manos con el folio
ni tampoco cuando lo desgarran
derramando en él las letras
que hablan de mi madre, de mis miedos,
o de la última tarta que hice.
La poesía habla de los maniquíes
que responden cada noche
a los sueños escondidos, en las miradas
anónimas,
en los varones que pulen sus aristas
abriendo grietas en el asfalto cada mañana
o en las cucarachas que perfilan sus huellas.