Salimos de Galway
para hacer un breve recorrido la región de Connerama, famosa por la
belleza de sus paisajes: colinas verdes, lagos, turberas, praderas con
ovejas pastando, vacas y algún castillo perdido entre el verde de la
hierba y de los bosques.
Es una zona de habla
gaélica ( En total solo hay un 10% que lo habla), es la mas parecida a Escocia.
El primer lago que nos encontramos es el
lago Corrib, el más grande de la República de Irlanda (no de Irlanda, que
es el segundo) con más de 360 islas(islotes) y asociado a
Grace O'Malley apodada La niña del pelo
corto, pirata irlandesa del s. XVI. Preciosos paisajes pero no daba tiempo a mirar y a sacar fotos.
Las
turberas están protegidas, solo pueden sacar la turba empresas autorizadas con el fin
de controlar la cantidad que se extrae.
El
conductor nos cuenta que él en su casa es lo que utiliza para calentarse en el
crudo invierno.
Por esta zona , Oughtrerand, rodaron la película "El hombre tranquilo " protagonizada por John Wayne y Mauren O´Hara .
Esta es una cabaña típica de la zona y dentro de ella hay una recreación de una escena de la película, están tal mal los personajes que no merece la pena enseñarlos.
Y llegamos al fiordo de Killary, el único que hay en Irlanda. Vista a la izquierda para ver la salida al mar
Y vista a la derecha.
Podemos apreciar las mejilloneras, las montañas que no son muy altas y un árbol sagrado.
Para ser un árbol sagrado no tiene que ser de ninguna especie en particular basta con que el pueblo decida que lo es, recordemos la fuerte relación que tiene el pueblo celta con la naturaleza.
Y mientras todos miran el fiordo, al otro lado de la carretera y sin que casi nadie se de cuenta ella posa para nosotros(Javier y yo ).
Y llegamos a lo que será la visita
estrella del día la finca de Kyllemore
y en ella la
famosa Abadía situada en un paraje privilegiado, junto al lago
Pollacappul y el Parque Nacional de Connemara.
Ya desde el autobús nos había
impresionado ver esa mole gris entre los verdes del Parque Nacional, pero fue
al llegar allí y ver además su reflejo en las aguas serenas del lago
cuando todos nos quedamos parados mirando y disparando la cámara, intentando llevarnos
todo lo que fuese posible de tanta belleza como teníamos delante.
Recorremos el trayecto desde la entrada a la finca hasta el punto donde el camino se bifurca decidimos visitar primero los
jardines.
Camino hacia los jardines |
Un paseo de 20 minutos a orillas de otro lago y entre naturaleza nos
separaba de ellos, la vuelta la haríamos en el bus que gratuitamente hace el recorrido.
La casa del jefe de jardineros y la turba que usaba para calentarse |
Jardines de origen victoriano.
Imposible capturalos en una imagen
Vida en las plantas
Paseando por los jardines amurallados de origen victotiano |
Y volvemos para visitar la Abadia.
La Abadía tiene su origen en un castillo que el rico comerciante inglés, Mitchel Henry, construyó como regalo para su mujer a mediados del siglo XIX.
Dentro encontramos la recreación de la vivienda original, profusamente
decorada con muebles de la época.
Entre que nos llamó mucho más la atención las vistas externas y que
las fotos de interiores no me salen demasiado bien no tengo fotos dentro de la
Abadia, lo siento por los curiosos.
De ahí a la iglesia, una catedral en miniatura de estilo neogótico que M. Henry hizo construir en memoria de su mujer.
Interior de la Iglesia y detalles de las columnas de mármoles de los cuatro colores : rojo, verde, blanco y negro que no es marmol sino basalto pulido
Hoy día todo está cargo de las monjas benedictinas e incluso pudimos ver alguna por allí.
Hoy día todo está cargo de las monjas benedictinas e incluso pudimos ver alguna por allí.
Y emprendemos el regreso por la carretera de la costa no todo el mundo lo hace ni siempre se puede, las carreteras son muy estrechas y muchos conductores no se atreven con ellas sobre todo si llueve.
Las vacas al borde de la playa |
Se nubló e incluso nos llovio un poco |
Abandonamos la costa y volvemos hacia el interior
Vuelven los paisajes típicos de la Región de Connerama |