Madre I
Pienso en mi desaparecida madre
cuando, tal como yo ahora,
llegó a los 90 años.
Cada vez que iba a visitarla
a la residencia de ancianos,
la hora del regreso era penosa
Mi madre siempre me acompañaba
hasta la salida.
Todavía recuerdo claramente
aquel cielo nublado
y las flores del cosmos mecidas por
la brisa.
Con ese poema comienza el libro
"Recoge la luz del sol con las manos" de
Toyo Shibata.
Esta antología, primera obra de T. Shibata, es una recopilación hecha por la poeta
Kazue Shinkawa de los poemas que la señora Shibata enviaba a la sección
"El poema de la mañana" que publica el diario
Sankei .
Cuando cierro los ojos
Cuando cierro los ojos,
voy de un lado a otro,
mimosamente,
con coletas,
y la voz de mi madre me llama.
Nubes blancas se deslizan por el
cielo,
un campo de flores de colza
se extiende por todas partes.
Ahora, a los 92 años,
cuán delicioso es el mundo
que veo durante una hora,
cuando cierro los ojos.
Mi nombre es
Toyo Shibata. Tengo 101 años. A lo largo de mi vida he protagonizado momentos
buenos y malos. He sufrido guerras, bombardeos y terremotos. He experimentado
el miedo y en ocasiones he deseado morir debido al acoso, a la traición y a la
simple tristeza. He sido madre. En la actualidad vivo sola y recibo a menudo la
visita de mi hijo. Cuando se acerca la hora de su marcha pierdo el ánimo pero
intento reconfortarme y me digo «sé fuerte, aún se puede recoger la luz del sol
con las manos». Empecé a componer versos a los 92 años y me he dado cuenta de
que a pesar de las dificultades existo gracias a mis recuerdos y a las personas
que me han acompañado en este viaje. Aunque me pese la soledad cada mañana me
pinto ligeramente los labios y me alegro de ver el sol a través de la ventana,
otra vez.... y sonrío.
"Sueña con que sus poemas sean traducidos y tengan lectores en todo el mundo"
Respuesta
Con voz zalamera,
el viento me dijo al oído:
«Ya va siendo hora
de que vayamos al otro mundo».
Así que le respondí en el acto:
«Quisiera quedarme aquí un poco más,
porque tengo cosas que hacer».
Con cara de perplejidad,
el viento se apresuró a marcharse.
que veo durante una hora,
cuando cierro los ojos.
La fuerza para vivir
Ahora, superados los 90,
qué precioso es cada día.
La brisa que me acaricia las
mejillas,
la llamada telefónica de algún amigo,
las visitas que recibo.
Cada una de esas cosas
me procura la fuerza para vivir.
A mi hijo II
Que no te preocupe
la senilidad de tu madre.
Hoy es domingo, ¿verdad?
Todavía comprendo, Ken´ichi,
Que eres un hijo único y afectuoso
y una persona irritable.
Vamos, vamos, hijo mío,
ocúpate de tus cosas.
Yo, II
Cosas que siempre dejo
sobre la almohada
una radio pequeña, sobres de
medicinas
cuaderno y lápiz para escribir
poemas.
De la pared pende un calendario
y debajo de las fechas
figuran las visitas,
el nombre y el horario de la
asistenta
y, señalado con un círculo rojo,
el día que vendrán mi hijo y su
mujer.
Así he vivido ordenadamente
durante dieciocho años de soledad.
...Deseosa de vivir como lo hace la autora de estos poemas, también yo me pinto ligeramente los labios cada mañana delante del espejo, aunque no tenga que ver a nadie. Imito su estilo de vida para encontrarme consigo misma. ....
Kazue Shinkawa : (abril de 1929) Yūki, Prefectura de
Ibaraki, Japón
Autora del prólogo de la antología y recopiladora de los poemas