sábado, 21 de marzo de 2020

Pablo Neruda recita Oda a la poesía

Cerca de cincuenta años
caminando
contigo, Poesía.
Al principio
me enredabas los pies
y caía de bruces
sobre la tierra oscura
o enterraba los ojos
en la charca
para ver las estrellas.
Más tarde te ceñiste
a mí con los dos brazos de la amante
y subiste
en mi sangre
como una enredadera.
Luego
te convertiste
en copa.

Hermoso
fue
ir derramándote sin consumirte,
ir entregando tu agua inagotable,
ir viendo que una gota
caída sobre un corazón quemado
y desde sus cenizas revivía.
Pero no me bastó tampoco.
Tanto anduve contigo
que te perdí el respeto.
Dejé de verte como
náyade vaporosa
te puse a trabajar de lavandera,
a vender pan en las panaderías,
a hilar con las sencillas tejedoras,
a golpear hierros en la metalurgia.
Y seguiste conmigo
andando por el mundo,
pero tú ya no eras
la florida
estatua de mi infancia.
Hablabas
ahora
con voz férrea.
Tus manos
fueron duras como piedras.
Tu corazón
fue un abundante
manantial de campanas,
elaboraste pan a manos llenas,
me ayudaste a no caer de bruces,
me buscaste
compañía,
no una mujer,
no un hombre,
sino miles, millones.
Juntos, Poesía,
fuimos
al combate, a la huelga,
al desfile, a los puertos,
a la mina,
y me reí cuando saliste
con la frente manchada de carbón
o coronada de aserrrín fragante
de los aserraderos.
Y no dormíamos en los caminos.
Nos esperaban grupos
de obreros con camisas
recién lavadas y banderas rojas.

Y tú, Poesía,
antes tan desdichadamente tímida,
a la cabeza
fuiste
y todos
se acostumbraron a tu vestidura
de estrella cotidiana,
porque aunque algún relámpago delató tu familia
cumpliste tu tarea,
tu paso entre los pasos de los hombres.
Yo te pedí que fueras
utilitaria y útil,
como metal o harina,
dispuesta a ser arado,
herramienta,
pan y vino,
dispuesta, Poesía,
a luchar cuerpo a cuerpo
y a caer desangrándote.

Y ahora,
Poesía,
gracias, esposa,
hermana o madre
o novia,
gracias, ola marina,
azahar y bandera,
motor de música,
largo pétalo de oro,
campana submarina,
granero
inextinguible,
gracias,
tierra de cada uno
de mis días,
vapor celeste y sangre
de mis años,
porque me acompañaste
desde la más enrarecida altura
hasta la simple mesa
de los pobres,
porque pusiste en mi alma
sabor ferruginoso
y fuego frío,
porque me levantaste
hasta la altura insigne
de los hombres comunes,
Poesía,
porque contigo
mientras me fui gastando
tú continuaste
desarrollando tu frescura firme,
tu ímpetu cristalino,
como si el tiempo
que poco a poco me convierte en tierra
fuera a dejar corriendo eternamente
las aguas de mi canto.



Desde nuestro encierro celebremos con Neruda el día mundial de la poesía .


12 comentarios:

  1. Gracias Chelo por este gran homenaje a Neruda y esta preciosa entrada.

    Saludos.

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  2. Has elegido muy bien, era muy jovencita cuando me regalaron "Veinte poemas de amor..." y me enamoré de su tozudez. Feliz día que no nos falte nunca un verso antes de dormirnos.. Abrazos

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  3. Precioso cano ala poesía en el día de recordarla. Es sal y azúcar, es luna y sol, es sangre y agua.

    Por la poesía. Un abrazo

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  4. Bello este homenaje, Chelo. Neruda... Qué grande!!

    Mil besitos para ti y Feliz día de la poesía ❤️

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  5. Acierto total con este bello poema de Neruda.
    Solo la poesía, puede ganarle la batalla al día a día de esta fealdad que nos acosa.
    Besos.

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  6. Magnífica entrada en el día de la poesía.Besicos y cuídate mucho.

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  7. Poesía y autor de lo mejor que tenemos, un homenaje precioso en El Día Internacional de la Poesía...

    Gracias por traerlo, me llega al alma.

    Un abrazo.

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. Bonito homenaje en este día de la poesía.
    Un abrazo.

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  10. Felicidades a todos los que hacéis poesía.

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  11. Hermoso poema. Saludos y cuidate amiga.

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  12. No conocía ese poema de Neruda, es muy bonito

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Gracias por pasar tu tiempo conmigo.