Huesos para el perro
A veces , como tú, me desespero
por los niños que ayunan de mañana,
sin leche ni mendrugo que llevarse a
la boca.
A mediodía comparten la ración
escueta del abuelo,
cenan caldo de "huesos para el
perro"
y se van a la cama con las tripas
ladrando.
Sus padres perdieron el trabajo y no
lo encuentran,
la tierra ha dejado de dar trigo,
es sólo un mar de estiércol donde
hozan los cerdos
y desfallece el viento.
Ya no pueden comer ni pan ni peces
y no aparece Cristo a remediarlo.
Todavía es más grave la miseria que
sufren
los miembros del gobierno, obligados
a camuflar la bola cual trileros.
Con su tercera mano asen el cargo
que les brindan los amos en premio a
sus servicios.
Huele el aire a patíbulo,
a carne corrompida que atrae a todos
los buitres.
Duele ver el desfile de banqueros -a
un dulce paraíso, no a la cárcel-,, quebrados
por la avidez obscena de su alquimia:
transformar la sangre de los pobres en
dinero.
ángeles de alas de humo, gimen
mientras abrasan
la tierna flor del pubis de
chiquillos,
con su mano azucena de rozar el
misterio.
No respetan a Dios ni a nuestros
hijos;
se burlan de nosotros. La sangre me
galopa
como un enloquecido corcel envuelto en
llamas.
Me levanto la tapa de los sesos
y dejo que se enfríen.
Más serena,
contemplo la central laboriosa del
cerebro,
motor del terco avance de los hombres
desde el fondo más negro de la noche
-largo ha sido el camino del cándido
primate
que estrenó el dolor de ser humano;
milenios defendiéndose del miedo.
¿Quién podría hacerle retroceder
ahora?
Descubro en sus alvéolos, como abejas
dormidas
en su celda, tesoros olvidados:
la dignidad cundo aún estaba entera,
la utopía más bella con los años,
la justicia, aire puro que a todos
alimenta:
las cosas de valor que arrinconamos
y el azufre del tiempo fue borrando.
Mientras tanto ha llovido. Sobre su
piel mojada,
el campo adolescente nos muestra un
bozo verde.
La tierra, siempreviva de juegos
minerales
que rebosan sus pechos,
no renuncia a su misión de madre.
Habrá pan, si nosotros aportamos
un pequeño puñado de semillas,
y atamos a los cerdos a una valla
para que no destrocen lo sembrado.
Elvira Daudet.
Todo está consumado, es hora del
silencio.
Os di la entraña,
lo que tuve más mío y verdadero
en el extraño viaje
que me correspondió:
el frío violeta y el horror de la
España
del grito sofocado por los ríos de
sangre
que pudrieron mis ojos infantiles.
Los grumos del dolor inconcebible,
mis tres mejores versos, escritos al
futuro
en la sangre más joven, más entera,
coagulada en las rosas fallidas del
invierno.
Abrí sin compasión los labios de la
herida
para mostrar el cráter de lavas
destructoras,
la triste cordillera de cenizas
que invadieron la aorta y ahogaron el
amor.
Es hora de callar, todo está dicho.
Elvira Daudet
¡¡¡Tres años ya sin ti, es mucho tiempo !!!
Sentidos, profundos y desgarradores poemas, el de Balance me recuerda a la despedida de nuestra Gabriela Mistral, gracias Chelo por traer a Elvira, un abrazo!
ResponderEliminarUnos versos que nos encoge el corazón...muy triste la situación que describe.Besicos
ResponderEliminarDesgarradora despedida de Elvira Daudet. Que el cielo la reciba y cobije su alma para siempre.
ResponderEliminarMuchas gracias, Chelo, por tan singular epitafio.
Una conquense poeta que tu has sabido recordar con dos elegidos poemas, una poeta que tuvo algun parón "poético" pero retomó el lápiz y a las musas. Un abrazo
ResponderEliminarPreciosos y sentidos sus poemas. Estos que hoy compartes son dolorosos pero hermosos. Saludos amiga.
ResponderEliminarGracias por compartir tus ideas, de la lectura dramática del primer poema, yo destaco los cuatro últimos versos
ResponderEliminarHabrá pan, si nosotros aportamos
un pequeño puñado de semillas,
y atamos a los cerdos a una valla
para que no destrocen lo sembrado.
Hay que aportar soluciones pero también deberían llegar voces como las tuyas hasta quienes tienen en sus manos cambiar el mundo que habitamos. Te felicito por tu trabajo. Saludos cordiales.
Profundidas, solidaridad y una lírica entrañable y dolorosa. Elvira Daudet nos ha dejado una huella inolvidable, sus poemas son pura entrega, pura alma. Muy bello e inspirador. Gracias por traerla, Chelo.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y espero que todo vaya bien, amiga.