Dejamos el estadio y continuamos para llegar a Caminito, la calle más típica de La Boca. Este barrio está junto al río y por eso se quedaban allí los inmigrantes. Sus casas eran los conventillos, donde vivían varias
familias; dichas casas estaban formadas por un patio central y alrededor las habitaciones, todos compartían cocina y cuarto de baño, y sus paredes eran de chapa.
En Caminito pudimos visitar uno por dentro y además apreciar el colorido externo de ellos, que se debe a que los vecinos las pintaban con las pinturas que les daban los barcos, y que por ser restos, cada día era de un color distinto.
familias; dichas casas estaban formadas por un patio central y alrededor las habitaciones, todos compartían cocina y cuarto de baño, y sus paredes eran de chapa.
En Caminito pudimos visitar uno por dentro y además apreciar el colorido externo de ellos, que se debe a que los vecinos las pintaban con las pinturas que les daban los barcos, y que por ser restos, cada día era de un color distinto.
Caminito era una vía de ferrocarril hasta 1920, y fue el pintor Quinquela Martín quién la transformó en calle. La letra del tango que lleva este nombre no fue escrita pensando en esta calle pero sí la música que fue compuesta para su inauguración en el año 1959.
Terminamos nuestro pequeño tour en Puerto Madero, el barrio más moderno de la ciudad, donde hay una gran oferta de restaurantes selectos, y en uno de ellos degustamos un exquisito bife.
Ya a nuestro aire, y situados en la Plaza Carlos Pellegrini, donde se encuentra la embajada de Francia, edifico digno de ver, recorrimos la Av. Alvear, la calle con más glamour, y llegamos a La Recoleta, donde visitamos su famoso cementerio y la parroquia de Ntra. Sra. del Pilar.
Av. Corrientes |
También hemos podido visitar las Galerías Pacífico, edificio que fue Museo Nacional de Bellas Artes primero y más tarde estación de ferrocarril. Alberga hoy unas galerías comerciales similares a las galerías Lafayette de París.
Paseamos por las grandes avenidas de Buenos Aires como Florida, considerada una de las calles comerciales más famosa del mundo, o como Corrientes, de la que dicen que nunca duerme, y donde una noche llegamos a tiempo para poder cenar una pizza en una de las pizzerías más antigua de la zona (del año 1932).
Sabemos que nos han quedado muchas, muchísimas cosas sin ver, pero ni el tiempo ni mis piernas dieron para más. Esperamos poder volver algún día para seguir recorriendo esa hermosa ciudad.
Más fotos en la entrada anterior
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¡Que alegría por ti, Charo, y qué envidia sana! ¡Como me gustaría recorrer esos mismos paisajes tan de nuestra cultura de ultramar!
ResponderEliminarPero que guapos con ese aspecto porteño!
ResponderEliminarQue envidia me da, todo lo que habeis visto,tengo que ir...
No me extraña que de envidia, es precioso y si se puede hay que ir
ResponderEliminarEstupendo paseo y buena comida. Con la pizza y el bife me quedo relamiéndome y esperando continuación.
ResponderEliminarIntentaré continuar, espero que os siga interesando .
ResponderEliminarUn abrazo
He podido comprobar que este viaje os ha hecho crecer intelectual y físicamente, a juzgar por la foto que teneis en el Barrio La Boca. Bravo hermana, la esperanza es lo último que se pierde ya que nunca es tarde si el estirón es bueno.
ResponderEliminarFirmado los metros cincuenta, osea ésta y yo.