lunes, 17 de marzo de 2025

Haciendo limpieza

 

 Casas en Auvers.-Van Gogh

No suelo escribir relatos/cuentos, pero de vez en cuando hago mis pinitos y este lo encontré haciendo limpieza, y surgió después de leer "Las ciudades invisibles" de Italo Calvino, y en su día se lo dedique a mi querida amiga Nerim (J. Miren Asteinza), ella sí escribía relatos.

Ahí os lo dejo.

La casa de campo de Italo Calvino

                                                                                           A J. Miren Asteinza

Este verano hemos visitado la casa de campo de Italo Calvino. A la entrada, un gran abeto te da la bienvenida. Un abeto, cuyo color va pasando por distintas tonalidades: amarillo al amanecer, azul a media mañana, verde al medio día, rojo al atardecer, gris después de la puesta de sol y por la noche nadie lo ha visto, desaparece para volver a mostrarse con todo su esplendor al día siguiente.

Dentro de la casa, unas flechas intermitentes nos van indicando el orden del recorrido mientras, a nuestro paso se van iluminando los cuadros del pasillo, cuadros que son retratos de los miembros de la familia que se han ido alojando en la casa a lo largo de los años.

El interior es amplio: tres dormitorios, un salón, la cocina y dos cuartos de baño, como la mayoría de las casas del pueblo.

En el dormitorio de los niños, orlado por un marco de nogal e iluminado por el sol, hay un gran espejo, en el que según la intensidad de los rayos solares, se pueden leer cuentos diferentes, mientras en el xilófono, que hay encima de la cómoda, se oye la música que la corresponde: trinos de pájaros, lluvia, el galopar del caballo, el aullido del lobo...

En el dormitorio de matrimonio descubrimos el rincón de los muebles amigos, esos que lloran contigo la muerte de un ser querido y te cantan "cumpleaños feliz" al levantarte cuando llega el día.

El tercer dormitorio, o de los invitados como le llaman, está aparentemente vacío; solo un listado en la pared con los botones correspondientes, botones que, al pulsarlos, harán que en el dormitorio aparezcan los muebles y enseres que cada invitado necesite.

El salón es amplio e iluminado, con muebles de madera de cerezo, de estilo provenzal y fotografías en las paredes. De todas ellas, destaca una, en la que se puede ver a toda la familia posando y sonriente, se les ve felices. Un fotografía de esas en las que parece que cada uno de los fotografiados te mira y te habla. Es tan real que se ve como alguno de los visitantes intenta hablar con ellos incluso yo misma no pude resistir  la tentación y me descubrí contándoles mi vida.

En ese momento, se me acercó un  vigilante y me dijo en voz baja:

"Le aconsejo que salga rápidamente de la casa. Si sigue en ella acabarán por meterla  en esa foto que admiraran con deleite los próximos visitantes" . *

                                                                              Chelo de la Torre ( 2017-10-03) 

* El final está sacado del relato “ El apartamento” escrito por Jone Miren Asteinza y publicado en su libro “ Voces de madrugada “ Editorial Nazarí (octubre 2016)


https://www.editorialnazari.com/libro/voces-de-madrugada/


13 comentarios:

  1. Me acuerdo muchas veces de ella.
    Escribir un relato es darle libertad al lápiz que sujetas, que se encargue de plasmar el pensamiento. Que bien que hayas hecho limpieza y podamos disfrutar de tu relato, no parece que no tengas costumbre, es bueno, interesa y con broche final al estilo de los grandes relatos. Un abrazo

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  2. No la conocí, pero os recuerdo a varias de vosotras referís a ella NERIM, en pasado , por lo q deduzco a ya no está entre nosotros , estaría feliz por tu texto y tu homenaje CHELO, gracias por ambos , un beso !

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  3. Me ha gustado mucho leerlo, me encantan los relatos, en ellos la magia se hace realidad o al menos mientras leemos.
    Espero leeré algunos más
    Un beso🌹🙋

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  4. Un relato fantástico y genial, Chelo, qué bueno que le quitaste el polvo para traerlo, un abrazo!

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  5. Un final totalmente sorprendente, me ha encantado el relato.Besicos

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  6. me encantó el detallazo que tuviste poniendo el final de Nerim.
    un fuerte abrazo

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  7. Los muebles amigos que cantan cumpleaños feliz me han encantado.

    Un abrazo fuerte

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  8. Me gustó el texto con ese final tan mágico. Deberías seguir explorando con más relatos. Un abrazo

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  9. Hola Chelo, me encantó el relato y ese final mágico y misterioso que me dio escalofríos. Te animo a seguir escribiendo.
    Un abrazo grande

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  10. Buenos días Chelo. Tu microrrelato es mágico y evocador. Transforma la casa de Italo Calvino en un espacio de fantasía sutil. El abeto cambiante y las flechas intermitentes crean una atmósfera onírica desde el inicio. Me encanta cómo cada habitación tiene un toque surrealista: el espejo con cuentos, los muebles que lloran o cantan, el dormitorio de invitados que se adapta. El salón, con la foto “viva”, es fascinante y escalofriante a la vez, y el aviso del vigilante añade un giro inquietante que recuerda al estilo de Calvino. El estilo es delicado y descriptivo, con un equilibrio perfecto entre lo cotidiano y lo extraordinario.
    Una maravilla, en fin.

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  11. Es muy bonito tu relato, Chelo. Y ese final es sublime. Me ha encantado!!
    Te agradezco tus comentarios. Disculpa que no lea y comente como me gustaría dejaros a los amigos, pero ando terminando los últimos toques de una novela que publicaré próximamente y no me da la vida para llegar a todo.
    Besicos muchos

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  12. Tu relato me parece muy especial y más con ese final recordando a Miren. La recuerdo mucho.
    Un abrazo.

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  13. Enhorabuena por tu relato, Me ha gustado. Un abrazo

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Gracias por pasar tu tiempo conmigo.