Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca…
Hay que medir, pensar,
equilibrar…
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia
islas lejanas.
Soñar que, cuando un día
esté durmiendo nuestra propia
barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.
Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta, conocido como
Gabriel Celaya, fue un poeta español de la generación literaria de posguerra.
Uno de los más destacados representantes de la que se denominó «poesía
comprometida». En 1947 fundó en San Sebastián, la colección de poesía «Norte».
En 1986 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas.
¡Precioso! me encantan esas bellas palabras tan meditadas y fluidas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Chelo.
Un poema magnífico, enorme. Qué poderío
ResponderEliminarUn abrazo, y gracias por traerlo aquí.
Hermoso poema el de Celaya. Yo me pregunto: ¿Quién educa en la actualidad? ¿Las redes sociales? ¿La televisión?...
ResponderEliminarEl poema es bello, como todo lo que nace de este gran POETA, pero todavía me emociono cuando recuerdo otro de sus poemas, dedicado a Blas de Otero.
ResponderEliminarCuando acabe, me paso a releerlo.
Gracias y besos.
Preciosas las metáforas:el barco-niño y el motor-educación. Educar a ese niño para que navegue por el mar de la vida con equilibrio, valores humanos y grandeza interior. El poeta es consciente de que ese niño llevará dentro todo lo aprendido y los mismos maestros que le impulsaron. Un poema bien construido en forma y fondo, que nos llega al alma por su belleza, Chelo.
ResponderEliminarGracias por traer a Gabriel Celaya.
Mi abrazo y feliz julio, amiga.
No lo conocía maravilloso gracias querida por mostrarme a otro poeta
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ResponderEliminarBuenos días: - Lectura pura, seducción. Sin duda el corazón es como un motor ... hay que cuidarlo bien.
Realmente disfruté leyendo.
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Abrazo poético
¡Qué gran poema! Le tengo siempre como un referente. Muy acertada tu elección.
ResponderEliminarUn abrazo, Chelo
Me ha gustado esa comparación que pone en sus versos sobre educar, encuentro que es un poema precioso y además fue el año de mi nacimiento cunado fundó la colección de poesía Norte.Besicos
ResponderEliminarMe emocioné al leerlo. Vinieron a mi mente la cara de alguno de mis alumnos que transcurrido el tiempo los he ido encotrando en esta vida, ya grandes me agradecieron lo aprendido.
ResponderEliminarBesos Chelo
Hola Chelo.. Grandes palabras..
ResponderEliminarA solas soy alguien. En la calle nadie.
Gabriel Celaya, el poeta comprometido..
Un abrazo..
Siempre lo ha sido, pero hoy más que nunca es tiempo de compromiso social, Chelo. Gracias por recordarnos a Gabriel Celaya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Educar es tanto... raíces y alas. Y, sobre todo, ser solo el arco que deja que la flecha se vaya.
ResponderEliminarSe nota que la poesía no es mi campo :S
ResponderEliminarPrecioso poema. Y muy dificil la tarea de educar.
ResponderEliminarHola, Chelo.
ResponderEliminarEducar... Conducir una barca, por mares encrespados...
Ser un poco marino, pirata y poeta... Y mucha paciencia.
Tú lo sabes. Como Celaya. Abrazo.
Maravilloso poema. Saludos a la distancia Chelo.
ResponderEliminardisfruto enormemente leyendo las maravillas que escribes y te rodean
ResponderEliminarHola Chelo! Vine a conocerte por Ester, el bello poema refleja de forma muy poética la consigna para educar, porciones equilibradas de ternura y mano dura, un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Maria Cristina, tu perfil no me enlaza a tu blog y no puedo visitarte .
EliminarEs un problema que se presentó y no supe por qué, pero encontré la manera de avisarles a los amigos de mi blog, buscar en Google: elblogdemariacristina.blogspot.com y ahí pudieron llegar, gracias Chelo, un abrazo!
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