es tan fácil seguir el rastro de las
lágrimas
a través del polvo clavado en las
mejillas
es tan fácil decirlo mirarlo una vez
más
ponerlo por escrito asegurar las
puertas
casi tan fácil como hacer fotografías
a las estalactitas o al vestido de
novia
al tiempo que charlamos acerca de los
muertos
y su caligrafía y bebemos un poco
más un día es un día siete una semana
de vientos arenosos y noches en cadena
fosforescentes lívidas es tan fácil
entonces
pensar en los tejados que se hunden con
estrépito
siempre en la otra acera sin nadie bajo
ellos
sin interrogaciones a las que aplaudir
pero no es posible
a pesar de ser tan fácil
llegar a perdonar llegar a no saber
el pánico que sienten los muñecos tras
ver
apenas un segundo
de tal facilidad
Autor: Alvaro Muñoz
Robledano
Estudié Filosofía y Letras a mi pesar. Librero, redactor,
corrector, profesor... He escrito algunos poemas y traducido otros. También
he pergeñado algunos prólogos y ejercido la crítica literaria, modalidad palos
de ciego. Tengo la sensación de haber trabajado demasiado a cambio de demasiado
poco. Con anterioridad he publicado siete libros de poemas. Clus (Madrid,
Amargord, 2015) es el último. Hasta hoy. A un investigador lo encierran en un
cuarto sin aparatos de observación, con manuales en idiomas desconocidos y
objetos de estudio que no puede sacar de sus embalajes. Entonces, quizás por
miedo, lo llaman poeta.
Su último libro publicado "No en el patio trasero de la casa que ni siquiera tengo" (Ed
Ars Poetica, Colección Sola Nocte nov 2019)
Qué tristeza tan grande que un poema así vuelva cíclicamente a revestirse de actualidad. ¿Cuándo encontraremos placer en compartir, en sentirnos hermanos o como mínimo en respetarnos? ¡Qué dolor!
ResponderEliminarUn abrazo, Chelo.
Mucho sentimiento, rabia y verdad en su poesía, una situación difícil de entender y de perdonar. Que oportuno publicarlo ahora ojalá pasara a la historia como los versos de los tercios de Flandes. Abrazos
ResponderEliminarDesgraciadamente sus letras reflejan una cruda realidad de la que todos miramos hacía otro lado, siempre ocurre lo mismo y la historia se repite y se repite.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Chelo.
Bella reflexión, justificada y actual. Muy buena entrada, gracias por compartir
ResponderEliminarUn abrazo
Bello, triste y demoledor poema, que nos enseña al deber de mirar al sitio justo donde los ojos se avergüencen, ante una triste realidad, que parece que ni nos roza, ni nos interesa.
ResponderEliminarBesos y gracias por traerlo.
Y de esto también deben hablar los poetas, porque forma parte de una realidad incontrastable, gracias Chelo, un abrazo!
ResponderEliminarMuy actual lo que escribió hace unos años y es que la historia siempre se repite...la humanidad nunca aprenderá de sus errores.Besicos
ResponderEliminarUn poema que duele al leer. Saludos Chelo.
ResponderEliminarUn poema que nos hace reflexionar sobre lo fácil que resulta mirar de lejos la guerra y la destrucción, mientras los que están cerca están al borde de la muerte y salpicados de terror...Gracias por traerlo Chelo. El mundo es un polvorín, mientras vamos superando la pandemia, explosiona el grito y la guerra en otras latitudes.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y mi ánimo, amiga.
El ser humano es ea único para tropezar en la misma piedra no una vez, sino mil veces. Hay muchas guerras por el mundo aunque esta ahora sea la más llamativa. Y siempre pierden los más inocentes.😒
ResponderEliminar¡Que vacía está la humanidad! Así no vamos bien. Gracias por este precioso poema y gracias por tu visita utópica.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-