Campaña de respeto y apoyo al profesorado presentada por la consejería de Educación de Madrid en octubre de 2010
Mis padres me educaron en el esfuerzo y en el respeto; respeto a los mayores, a los profesores, a los médicos… a todas las personas en general. Nosotros, en casa, creo que hemos hecho lo mismo con nuestros hijos y, si pegunto a la gente de mi entorno, ellos me dicen que también lo han hecho con los suyos. Entonces… ¿cuándo se perdió el respeto? ¿No será que poco a poco las leyes han ido quitando a los profesores esa autoridad que iba unida al cargo?Se ha puesto de moda una, mal interpretada, igualdad para todos y de ahí viene que algunos padres se crean con el derecho de interrogar sobre el qué y el cómo enseñan; y no les basta con interrogar, que no está mal, sino que opinan sobre la labor del docente, olvidando que el profesor es un especialista de la enseñanza.
Pero no se ha quedado solo ahí, sino que a esto se une que algunos padres, apoyados por las leyes, llevan esa igualdad a profesores-alumnos y, por supuesto, en esa igualdad son los niños, que para eso son sus hijos, los que salen beneficiados. ¿Cuántas veces hemos oído: Mi hijo me cuenta otra cosa, y él nunca miente? Y hay que abrir expediente con testigos y demás para poder actuar.
A los cambios de leyes se ha unido un cambio en la sociedad: padres y madres que trabajan, que están poco tiempo en casa con sus hijos y que lo que esperan al volver del trabajo es relajarse y descansar y no quieren discutir. Y como es más fácil el sí que el no, acceden a los caprichos de los niños: televisor, mini cadena… y si hace falta, uno para cada habitación. Niños que la primera vez que oyen no es en el centro escolar. ¿Cómo esperan que esos niños reaccionen cuando se les intenta poner límites?¿ Cómo esperan que reaccionen antes unos profesores que son los primeros que les dicen no?
Continuará
Es cierto, Chelo, poco a poco y en nombre de igualdad mal entendida esos niños no aprenden ni siquiera el significado de "respeto", se empieza empujando a una profesora en la clase y luego se atraca o se cometen delitos porque si, por que las normas son para los tontos. No se si es tarde, pero creo que es en los hogares donde deben cambiar más las cosas. Beso
ResponderEliminarEs que donde se comenzó a perder el respeto fue en casa, seguramente por las razones que aduces Chelo. Si los padres hubieran seguido respetando y apoyando a los profesores, salvaguardando siempre el principio de autoridad, otro gallo nos cantaría. Hoy día muchos padres dan más crédito a la versión interesada de sus hijos y ni siquiera escuchan la del profesional. ¿Y qué decir de los padres que agreden a los profesores? La ley debiera ser especialmente dura con ellos.
ResponderEliminarUn saludo.
El ritmo de la historia suele ser pendular y ahora nos ha tocado estar en un extremo: la esperanza es que no tarde en aproximarse al fiel de la balanza.
ResponderEliminarDesde que la primera mama acude a dar el bollicao tras la verja a la hora del recreo o probarle los deportes que compraron en el mercadillo ahí ahí perdimos toito toito. victoria
ResponderEliminarOs recuerdo que las señoritas son las de El Corte Inglés y todo se les pide por favor. Los profes son la Pepa, la Juana, el Antonio y el Migué.
ResponderEliminarLa seño Carmen.
Perdonadnos, no sabemos como crear nuestra imagen al igual que la teneis todos. Son misterios de la inteligencia o escasez de materia gris. Y aunque somos dos, creo que en esto valemos como media.
ResponderEliminarLa seño Carmen y Victoria
En el tono jovial que os caracteriza, y cotándonos experiencias vividas por vosotras en vuestras escuelas, lo que hacéis es apoyar todo lo que hemos dicho los demás.
ResponderEliminarGracias por el esfuerzo que hacéis las dos al dejar vuestros comentarios. Un abrazo