CARNAVALES y ... RAFA
Cuando era pequeña, los carnavales estaban prohibidos y cada año veíamos una o dos máscaras (así llamaban a las personas que se disfrazaban) pasar rápidamente por el pueblo burlando a los municipales. Fueron pasando los años y se empezaron a ver grupitos, uno salía por una esquina, otro asomaba por otra, y así hasta que se volvieron a autorizar. Al final, se popularizaron los carnavales, se generalizaron y se empezaron celebrar fiestas de disfraces en todos sitios, pero nunca participé en ninguna.
Al poco tiempo de estar en el Jaime, llegó Rafa. El primer carnaval que él pasó en el centro se disfrazó y dio las clases disfrazado; no lo podíamos creer, pero al año siguiente no sólo se disfrazó él, sino que le acompañaron algunos profesores y alumnos, y, como era jefe de estudios, hasta se entrevistó disfrazado con unos padres que tenía citados. Aún recuerdo verlo vestido de señora de la limpieza, muy serio, hablando con los padres.
Así fue poco a poco generalizando los carnavales en el centro y cada año eran más los profesores y alumnos que se disfrazaban, no se podían suspender las clases, así que en el recreo hacíamos un pequeño desfile por el patio del centro que terminaba con el entierro de la sardina. Uno de los años, nos disfrazamos todos, pues hasta los profesores que había mayores se dejaron disfrazar, y ese año el desfile lo hicimos por el pueblo y se suspendieron las clases a partir del recreo.
Lo que no recuerdo exactamente es por qué dejamos de celebrarlo, ¿sería porque se fue Rafa?
¿Y quién es Rafa? Para mí, es una persona encantadora, dispuesta a ayudarte siempre que puede, con una fuerza vital extraordinaria y, sobre todo, es esa persona que incluso en los malos momentos dice las palabras idóneas para arrancarte una sonrisa.
Gracias, Rafa, por todos los buenos momentos que nos has hecho pasar, y por ser como eres.
Un abrazo.
Dedicado a Rafael Navarro