En esos instantes, la presión de tus dedos sobre la tiza, el arabesco de tu mano dando forma al pensamiento, la fórmula mágica con la que despejar X y mantener la atención del alumnado expectante: toda una epopeya como la descrita en estos cinco versos. Las genialidades se dicen en pocas palabras. Besos
Hola Chelo. En pocas palabras dices mucho. Una clase sin pizarra ni tiza queda algo empobrecida sobre todo para que los alumnos capten las explicaciones. Cuando mejor se entienden las cosas son cuando el maestro/a las explica en la pizarra con tiza en mano y su oratoria. Saludos y un abrazo
A pesar de los ordenadores, las tabletas y otros artilugios, todavía son necesarias las pizarras, las tizas y, sobre todo, las personas dueñas de esos dedos sabios. Un abrazo
Todo depende de lo que la tiza trace y en la pizarra se plasme. Depende del corazón del maestro que maneja el puntero depende del alumno que atienda despierto observando los sueños que aún le quedan por descubrir depende de la familia del alumno, de sus valores sociales, de la educación familiar. depende de tantas cosas, como el maestro esté dispuesto a compartir.
Chelo: que recuerdos te habrá traido esta pizarra con la tiza que muy bien han definido tus amig@s. Yo, solo te digo que cuanto me hubiera gustado haber sido tu alumna. Un fuerte abrazo Leonor
Depende el futuro. Un abrazo
ResponderEliminarLo que somos y llegamos a ser..."que curioso"....
ResponderEliminarUn saludo.
elperroverde
Tanto, tanto, querida Chelo. Y tan bien dicho... y tan precioso y preciso, tan "chelo".
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bonito, Chelo.
ResponderEliminarCuánto dependemos todos de algo que se deslice para hacernos sentir...
Un beso.
Mucho se deja en manos de esa tiza, el futuro de nuestros hijos.
ResponderEliminarUn beso Chelo.
Me ha salido lo mismo que a Ester, el futuro, nada menos.
ResponderEliminarEn esos instantes, la presión de tus dedos sobre la tiza, el arabesco de tu mano dando forma al pensamiento, la fórmula mágica con la que despejar X y mantener la atención del alumnado expectante: toda una epopeya como la descrita en estos cinco versos. Las genialidades se dicen en pocas palabras.
ResponderEliminarBesos
Me has hecho retornar a mis años escolares y a esa mágica tiza que tanto me gustaba.Besicos
ResponderEliminar¡Qué puedo decirte yo que por 32 años he manejado la tiza !
ResponderEliminar¡ me encantó Chelo !
Besos del alma.
¡FELIZ DIA !! :)
Muy bien expresad y resumida la labor docente. Todo depende de quién maneja la tiza. Bss
ResponderEliminarHola Chelo.
ResponderEliminarEn pocas palabras dices mucho.
Una clase sin pizarra ni tiza queda algo empobrecida sobre todo para que los alumnos capten las explicaciones.
Cuando mejor se entienden las cosas son cuando el maestro/a las explica en la pizarra con tiza en mano y su oratoria.
Saludos y un abrazo
A pesar de los ordenadores, las tabletas y otros artilugios, todavía son necesarias las pizarras, las tizas y, sobre todo, las personas dueñas de esos dedos sabios. Un abrazo
ResponderEliminarCuanto depende, y que poco se valora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Depende mucho de quien maneje esa tiza, es todo un arte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo depende de lo que la tiza trace y en la pizarra se plasme.
ResponderEliminarDepende del corazón del maestro que maneja el puntero
depende del alumno que atienda despierto
observando los sueños que aún le quedan por descubrir
depende de la familia del alumno,
de sus valores sociales,
de la educación familiar.
depende de tantas cosas,
como el maestro esté dispuesto a compartir.
Eres la mejor!
Con esta tiza en tus manos todos aprendemos.
ResponderEliminarAbrazos
Con tu permiso, me la llevo a mi muro en Facebook, para un hijo maestro.
ResponderEliminar"Afanados alumnos
ResponderEliminaraprendiendo del trazo blanco,
vasto conocimiento necesario
que a veces no zozobra."
Es que cuando leo tus poesías me dan ganas de probar. ;->
Un merecido aplauso a los profesores.
Un abrazo Chelo.
Chelo: que recuerdos te habrá traido esta pizarra con la tiza que muy bien han definido tus amig@s.
ResponderEliminarYo, solo te digo que cuanto me hubiera gustado haber sido tu alumna.
Un fuerte abrazo
Leonor