Graves autores contaron
que en el país de los Ceros
el Uno y el Dos entraron;
y, desde luego, trataron
de medrar y hacer dineros.
que en el país de los Ceros
el Uno y el Dos entraron;
y, desde luego, trataron
de medrar y hacer dineros.
Pronto el Uno hizo cosecha,
pues a los Ceros honraba
con amistad muy estrecha,
y dándoles la derecha,
así el valor aumentaba.
pues a los Ceros honraba
con amistad muy estrecha,
y dándoles la derecha,
así el valor aumentaba.
Pero el Dos tiene otra cuerda,
¡todo es orgullo maldito!
Y con táctica tan lerda,
los ceros pone a la izquierda,
y así no medraba un pito.
¡todo es orgullo maldito!
Y con táctica tan lerda,
los ceros pone a la izquierda,
y así no medraba un pito.
En suma, el humilde Uno
llegó a hacerse millonario,
mientras el Dos importuno
por su orgullo cual ninguno
no pasó de un perdulario.
llegó a hacerse millonario,
mientras el Dos importuno
por su orgullo cual ninguno
no pasó de un perdulario.
Luego ved con maravilla
en esta fábula ascética,
que el más baja más brilla,
y el que se exalta se humilla
hasta en la misma Aritmética.
en esta fábula ascética,
que el más baja más brilla,
y el que se exalta se humilla
hasta en la misma Aritmética.
Cayetano Fernández – (Cádiz, 1820 - Sevilla, 1901)
Bonita poesía y más bonito aún, si cabe, el dibujo. ¡Pobres ceros de la izquierda!
ResponderEliminarEsto es como aquello de "El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija". O "Dime con quien andas y te diré quien eres". Valemos no sólo lo que somos sino también lo que valen los amigos que nos rodean. Es importante elegirlos bien y dejarles ocupar un buen lugar.
ResponderEliminarBonita lección con ingeniosos versos. Un fuerte abrazo.
Muy bueno el verso Chelo...esta imagen sí qué vale más que mil palabras...Cuandos Dos hay por el mundo presumiendo de lo que no son.
ResponderEliminarUn beso.
Genial Chelo, seguro que tus alumnos aprendían matemáticas sin ningún problema si tú se las enseñabas de forma tan lúdica.
ResponderEliminarUn beso.
No Elena, en clase no se hablan de estas cosas vamos demasaido pillados de tiempoo con los extensos programas y no da tiempo a casi nada.
EliminarUn abrazo
Como buena maestra en mates nos dejas toda una lección,amiga...
ResponderEliminarHemos de valorar la humildad,que en este caso sería el cero...El cero es un gran maestro y debemos darle el lugar que le corresponde,si aprendemos de él,tendremos fácilmente la sabiduría que buscamos...El orgullo nos lleva siempre a un callejón sin posibilidades de salida...
Mi gratitud por tus palabras,mi felicitación y mi abrazo inmenso,amiga.
M.Jesús
Te vas de viaje y no me llevas, ni me llamas, ni me escribes... dejas las matemáticas por las letras y vuelves a ellas... quiero más, mucho más. Lo mío no es un "pasatiempo".
ResponderEliminarTe he echado de menos y regresas con un romance a los números muy peripuesto. Estoy encantado de saber de ti; pero saber algo más de lo acontecido en la ciudad Condal.
Un fuerte abrazo, compartido con Javier (no están los tiempos para despilfarrar).
Paco he estado en Valencia a la ciudad Condal vamos la próxima semana y por supuesto te mantendremos informado.
EliminarUn abrazo
Hola Chelo!!!! Imagino que la reunión en Granada, además de divertida y cultural, ha sido un aglomeración de amantes de los números.... lo digo por la fábula que hoy nos regalas!!!! jajajajajja!!!!
ResponderEliminarLos ídolos de barro con el tiempo se caen... es buena enseñanza aplicar en nuestra vida que la humildad ha de ser valor permanente en todos nuestros actos. Enhorabuena por esta entrada tan didáctica. Besos extremeños.
Sí Liova, no la conocía y en el autobús camino de Pampaneira la leyeron, me gusto tanto que decidí ponerla aquí.
EliminarUn abrazo
¿Que es el hombre?...pregunta Pascal. Una potencia de exponente cero.
ResponderEliminarYa lo había leido Chelo a pesar que las matemáticas no son mi fuerte. Solo puedo decir con respecto a ti lo que dice Weirstrass "Un matemático que no es también algo de poeta, nunca será un matemático completo" Un beso
Nunca hay que menospreciar a nadie y a nada. La humildad siempre por delante junto al amor.
ResponderEliminarSaludos.
La magia de los números nunca deja de sorprenderme.
ResponderEliminarA mí los ceros me encantan... les tengo un cariño especial!
ResponderEliminarEstos ceritos de hoy, ya ves, que han encontrado parejas bien dispares, y así les ha ido, por caminos diferentes!
Muy curioso el pastiempo de hoy!
Gracias!
Un besote!
;)
Qué pena no tener cursos actualmente! la fábula me vendría de perillas para motivarlos.
ResponderEliminarBeso y espero que otros la usen
El 0 el 1 y el 2, muy divertido y con gran mensaje. Besos.
ResponderEliminarMira Chelo, cuando enseño lo que hace en 0 en cada operación matemática, los alumnos se sorprenden. Sobre todo cuando aparece en la división. Y lo bien que lo aprenden, pues nunca más lo olvidan. Lo tratan con mucho respeto, porque seguro que cuando él aparece, algún alumno cae en sus garras,e imagínate el final del ejercicio.
ResponderEliminarGracias por la visita. Un beso y buena semana.
Los números son tan maravillosos que hasta en poesía se convierten. Muy buena tu entrada y que pases muy bien lo que resta de semana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Brillante inserción, me gusta tu blog....un abrazo de azpeitia
ResponderEliminarEl poema es fantástico y sigue vigente. Ay los ceros, pero no hay que restarles importancia. Son muy valiosos y bonitos.
ResponderEliminarCuantas veces en la vida tenemos que partir de 0 para llegar a a alguna parte.
Bss
Chelo, me volvía loco buscando infructuosamente estos versos que en nuestros tiempos recitábamos en el colegio,y ahora tú me los facilitas. Muchas gracias. Estoy todavía de viaje y voy muy retrasado con lecturas y comentarios, ya me pondré al día. Un beso desde Benidorm.
ResponderEliminarLo que me asusta es cuando hay personas que ven a sus iguales como simples números...
ResponderEliminarUna sencilla lección de humildad, que tanto cuesta aprender.
ResponderEliminarUn abrazo
Oye Chelo, esta forma de entrar en el mundo de las matemáticas es buenisima, lastima que los maestros anden tan pillados de tiempo que no puedan enseñar las matemáticas con poesías numéricas tan preciosas como esta.
ResponderEliminarUn fuerte y calido abrazo
Me gusto la poesía y lo que dice, el cero, redondo, pero sin vuelta, esa eterna,
ResponderEliminarun abrazo.
Mi abuela me recitaba esto cuando era una niña. Gracias por hacerme revivir recuerdos. Muy buena historia y con una profunda moraleja. Saludos.
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