Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda".
Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mirate a vos mismo.
No hay posibilidad de que seas otra persona.
Podes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por vos, o podes marchitarte en tu propia condena...
Cuentos para pensar de Jorge Bucay
Hola Chelo si algo tengo claro es que cada uno tenemos una misión y no hay nada peor que querer ser otra persona. Estamos hechos en serio y no en serie, y cada uno tiene sus personales connotaciones.
ResponderEliminarO sea hemos de florecer dónde nos han sembrado y ser nosotros mismos. Mejorando eso si.
Un beso y buena semana
Ya conocía el texto pero nunca está de más recordarlo, es una manera de no olvidarnos de lo importante que es aceptarse uno mismo, conocer nuestras limitaciones pero potenciar nuestras virtudes.
ResponderEliminarBesos.
La base de la seguridad en uno mismo es aceptarse y, a partir de allí, mejorar lo que podamos, como dicen Katy y Elena. Besico.
ResponderEliminarDescubrir el valor que tenemos cada uno es la forma de florecer siempre en cualquier jardín.
ResponderEliminarUn beso.
En esas me encuentro: no guiso como María y Katy, no tengo la voz armoniosa y dulce de Nerim, no tengo el encanto de Elena, no sé apenas de las matemáticas que tú dominas, ni siquiera me aproximo a nociones de la historia de Cayetano o la filosofía de...
ResponderEliminarSoy una calamidad.
No es fácil aceptarnos cómo somos; de ahí tanto desajuste sicológico como padecemos.
ResponderEliminarsaludos
Y que dificil es aceptarse tal cual es uno.
ResponderEliminarSiempre queriendo ser más, siempre deseando lo que el otro tiene, siempre comparandose con fulana o sutano,o siempre envidiando como la hierba del vecino crece mas verde. Es una verdadera lástima que nos entretengamos tanto por el camino. Tendríamos que detenernos y pensar como la fresa, aceptarnos como somos y tratar de ser de la mejor manera que podamos.
Un beso
Si, tenemos que pensar como al revés...cómo somos, nuestros defectos y virtudes...parece fácil pero... Un beso
ResponderEliminar¡¡Ay!! si miráramos más a nuestras espaldas y viéramos, seguro que nos conformaríamos con lo que somos.
ResponderEliminarSaludos
Emilio
Magnífico!
ResponderEliminarUn abrazo!
Querida Chelo; me encanta Bucay,me gustó mucho su ejemplo y me gusta mucho más tu blog y como lo llevas.
ResponderEliminarEres muy activa e ingeniosa. Soy sincera y no es mi intención alagarte con elogios de artificio.
Te agradezco la oprtunidad que me brindaste de ser tu amiga y lamento estar tan lejos y no poder conocerte personalmente.
Me hubiese gustado ver en tu blog, el obsequio que dejé en el mío para todos mis queridos colegas blogueros. Tal vez no lo advertiste, pero sigue esperándote para acompañarte en esta preciosa Primavera que llegó a nuestra España.
Un beso y mis mejores deseos para todos tus días.
Juliana
Chelo, la aceptación de uno mismo y comprender que somos de la forma que somos es imprescindible para ser feliz en la vida. El desear lo que no se puede, amarga nuestra existencia. Interesante relato, no lo conocia. Un fuerte abrazo amiga.
ResponderEliminarGracias Chelo por ese regalo.
ResponderEliminarEs así Chelo. Un cuento con mucha razón y un bonito mensaje.
ResponderEliminarTengo la flor de esta entrada en mi terraza es hermosa a la vez que su fragancia es admirable, me ha dado muy buenas sensaciones.
Un abrazo.
Aceptarnos tal como somos y dar lo mejor de nosotros... la clave de la tranquilidad. Un beso Martha.
ResponderEliminarCreo que ha desaparecido mi comentario al dar no sé dónde...!
ResponderEliminardecía yo que es cierto, que la mayoría de las veces nos entretenemos por ahí, intentando emular a los demás, y no nos damos cuenta de que tal vez hay quien también intente ser como nosotros.
Y que esto, aprender a valorarnos y sentirnos únicos, importantes, es algo que se va aprendiendo con la edad...
Muy aleccionador el cuentito de Bucay.
Gracias por compartirlo con nosotros!
Un abrazote!
;)
Bueno muy bueno para reflexionar.... quiero dejaros aqui un abrazo a tod@s no puedo vivitaros pues ando liada con el pintado y limpieza general de la casa asi que mil perdones intentare vivitar un par de ellos cada dia besos!!
ResponderEliminarHOLA CHELO: JORGE BUCAY ES UN GRAN PSICÓLOGO Y TU ENTRADA DE HOY ES UN CANTO A LA VIDA.-
ResponderEliminarUN BESO GRANDE.-
Hemos de conformarnos con los dones que de Dios hemos recibido.Cada uno tiene sus talentos,¡Viva esa gente!
ResponderEliminarBuen post.
Abrazos